Los opositores al régimen afirman que en los primeros dos días reunieron ocho veces las rúbricas solicitadas por la autoridad.
La oposición venezolana está cerca de culminar la primera etapa del complejo proceso que podría culminar con un plebiscito del mandato del presidente Nicolás Maduro.
Su rival en las elecciones sobrevenidas de abril de 2013, el gobernador Henrique Capriles Radonski, admitió este miércoles al caer la noche en Caracas (madrugada del jueves en España) que estaba sorprendido por la masiva respuesta que han dado los venezolanos al operativo que pretendía recoger 197.978 firmas (1% del padrón electoral) exigidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). En dos días se han colectado 1.102.236 rúbricas, ocho veces más de lo que se necesita.
Después de una verificación interna la oposición entregará al organismo electoral las planillas. En cinco días hábiles -que en realidad son dos semanas, porque en Venezuela, por orden del gobierno, la administración pública solo trabaja lunes y martes hasta la 1:00 de la tarde- se sabrá si el CNE autoriza un nuevo operativo que supone un reto mayor: reunir el 20% del registro de votantes para fijar la fecha de la consulta.
“No necesitamos más firmas, nos estamos preparando para la siguiente meta: 4 millones”, admitió Capriles en la rueda de prensa en la que comunicó los resultados.
La posible convocatoria del referéndum revocatorio parece haber centrado a los partidos políticos opositores, que aún tienen múltiples agendas y diversos intereses, en la necesidad de impulsar de una vez el plebiscito sobre otras posibilidades que se barajaban:
una enmienda de la Constitución, que redujera el período presidencial a cuatro años, o una Asamblea Nacional Constituyente, cuyo más entusiasta defensor es el encarcelado dirigente Leopoldo López.
El paso dado por el CNE le ha dado no solo un espaldarazo a la consulta, sino quizás también un carácter estratégico a la lucha de la oposición.
Capriles afirmó que, si se cumplen con los requisitos, la oposición no permitirá que el gobierno impida que el referéndum se organice este año.
La dirigencia está segura de que la cantidad de días feriados otorgados por el gobierno son en realidad una maniobra que busca retrasar la consulta hasta el año que viene.
Si se efectúa después de la primera quincena de enero de 2017 y el presidente Maduro es revocado el vicepresidente de la República asumiría el cargo hasta el final del período en enero de 2019.
Antes de esa fecha, siempre que los adversarios del régimen chavista obtengan un voto más que los recogidos por Maduro en los comicios celebrados tras la muerte de Hugo Chávez -el hoy presidente obtuvo entonces 7.587.532 sufragios- se organizarían elecciones en 30 días para escoger al nuevo presidente.
Fuente: elpais.es/
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El Muni