Una desgracia se cierne sobre África desde hace 77 años. La situación económica nada envidiable de 14 países africanos que comparten el CFA como moneda de curso legal, está precipitando el destino de estos países de la Union Economique et Monétaire Ouest Africaine (UEMOA) y de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) en un abismo.
Francia es en parte responsable del caos económico y político, en complicidad con los líderes africanos hambrientos de poder.
14 países africanos están hundidos en una desgracia que les carcome desde 1939, concretamente desde la creación de la zona del franco, el 26 de diciembre de 1945, finales de la Segunda Guerra Mundial; con una Francia cuya economía estaba devastada tras la guerra, y París en busca de un soplo de aire fresco.
Charles de Gaulle decide entonces introducir el Franco en las colonias francesas de África, CFA, tras la firma de los Acuerdos de Bretton Woods por parte de Francia con un objetivo claro: financiar la recuperación de Francia tras la Segunda Guerra Mundial con recursos de sus colonia en África.
Es el Tesoro público francés el que garantiza la convertibilidad del CFA a cualquier otra divisa. El precio de la operación, según el acuerdo que impuso Francia a sus colonias es fatal para las economías de esos países africanos que deben depositar el 50% de sus reservas monetarias en el país galo.
Además, la tasa de paridad entre el CFA y el euro se mantiene fija, un euro equivale a 655,957 CFAs desde 1999. En fin, y no es como cabría esperar, la transferencia de capital no es libre ni gratuita entre las dos zonas del franco en África.
Sin embargo, los países de la UEMOA están a la cabeza del pelotón de los países más pobres del mundo, con menos de un dólar al día por habitante.
Según Kako NUBUKPO, ex ministro togolés y Director de Economía digital de la Francofonía, "el franco CFA del agricultor de la zona del franco es un objeto institucional no identificado, ya que el agricultor no ve el dinero circular.
Si dais una vuelta por África fuera de las ciudades y las grandes capitales, os llevaréis la impresión de estar en economías sin dinero porque este dinero parece tan fuerte que no hay transacciones en los pueblos a partir del mismo franco CFA .
Es aún más dramático en la medida en que las personas de estas poblaciones no tienen siquiera una cuenta bancaria, no tienen acceso a la circulación monetaria formal.
Sin embargo, este CFA no subsiste sino gracias al trabajo traducido en exportaciones de estos agricultores, quienes exportan el cacao, el café y productores de algodón que son, en general, sus materias primas. Y por desgracia, no tienen retorno en términos de servicios públicos, como la sanidad, la educación o las infraestructuras.
"Las fluctuaciones del CFA no están vinculadas a la evolución económica de la zona CFA sino que están ligadas a la evolución económica de la zona del euro.
Por ejemplo, en los últimos 5 años los productores de algodón en los países africanos han perdido un 40% de su competitividad en las exportaciones. Así que para mantener los márgenes de ganancia de algodón, las empresas se ven obligadas a comprar la fibra de algodón a un precio mucho más bajo, ajustando así sus precios sobre el más débil; es decir, los pequeños productores rurales.
¿Por qué las divisas de dichos países africanos tienen que estar en Francia, cuando estos fondos podrían utilizarse para financiar proyectos de desarrollo en África? Se trata de una servidumbre voluntaria según la respuesta de Kako NUBUKPO.
Medio siglo de caos político e inmigración.
Sin crédito para la economía, sin el crecimiento clave para la creación de empleo, y la cuestión de la inmigración africana no encuentra solución. Es hora de detener el saqueo económico del continente.
Es hora de que las élites africanas y sus líderes tengan una visión de desarrollo integral para los miles de jóvenes que mueren cada año, ahogados en las insondables profundidades de un Mediterráneo enojado.
En 2015, más de 5.400 personas murieron en los caminos al exilio en todo el mundo, 3.700 intentando cruzar el Mediterráneo para alcanzar las costas europeas. Las principales razones que empujan a estos jóvenes africanos a viajar, a veces para siempre, son, sobre todo, económicas.
Languidecen en la pobreza indescriptible en sus países, la juventud africana está harta del caos político que transcurre al mismo ritmo que los regímenes a la cabeza de esos Estados.
¿Cómo convencer a un joven, por ejemplo, de Mali, a renunciar a su último viaje cuando la esperanza a desarrollarse y aprogresar se ha secado para siempre en su corazón?
Siempre habrá indocumentados africanos en Europa, mientras persista el Franco CFA.
Saqueando los recursos naturales de los países africanos, Francia anima a los africanos invadir Europa por tierra, mar y aire.
Mientras Francia y sus presidentes mantienen a los dictadores africanos en el poder, el ciclo de la maldición, como el mito de Sísifo, se impone en África como un castigo.