Charles Obong de 52 años, trabajaba como jefe de personal en el ministerio de la función pública.
Estuvo en dicho departamento desde el año 2006 hasta el 2016. Según informa el DailyMonitor, el hombre habrá querido hacer uso del dinero para lograr redimir su alma ante Dios.
Obong habría ahorrado más de 200 millones de chelines ugandeses para, según sus familiares, «corromper al Padre Todopoderoso el día del Juicio Final; así, el Omnipotente le perdonaría sus pecados terrenales».
El hombre murió el 17 de diciembre de 2016, después de una larga enfermedad, y fue enterrado en la víspera de Navidad.
Imágenes de Kampala, Uganda.- El Muni.
Fue enterrado en un ataúd metalizado por dentro y estimado en 20 millones de chelines. El Presidente del sub comité de Aromo, el señor David Elic, dijo que su cuñado había dejado un testamento, indicando que cuando muriese, su esposa, la señora Margaret Obong, pusiera grandes sumas de dinero en su ataúd.
Pues, «tenía la intención de entregar el dinero a Dios como ofrenda al Padre Todopoderoso para que le perdonara sus pecados y lo salvara del infierno».
También ordenó a su hermano Justin Ngole y a su hermana Hellen Aber verificar y asegurarse de que su esposa cumpliera su última voluntad a rajatabla, para que el dinero estuviera en su ataúd el día de su entierro.
Pero sus familiares y los dignatarios locales que asistieron al funeral, dijeron que dicho testamento callaba los pecados que Obong quería limpiarse de cuando ocupaba cargos importantes en la administración pública.
Dicha administración pública había sufrido hacía un par de meses atrás una escandalosa estafa en las pensiones, un robo que al gobierno le cuesta alrededor de 257 millones de chelines. El dinero fue robado por funcionarios de alto rango.
No obstante, la voluntad del señor Obong fue violada cuando su cuerpo fue exhumado el pasado sábado y el dinero se retiró de su tumba.
De una forma u otra, miembros del clan del señor Obong, Okii de Okabo, expresaron su preocupación por la restitución celestial que pretendía llevar a cabo el finado, y obligaron a su esposa revelar todo lo que sabía durante una reunión, la cual tuvo lugar el pasado sábado, en la casa de Meceli Ogwal, padre del fallecido.
La esposa de Obong confesó que su marido le había dicho que le enterrara con grandes sumas de dinero que transportaría al cielo para ofrecer a Dios el día del juicio final.
La Sra Obong, sin embargo, se negó a revelar la cantidad de dinero con la que su marido pidió ser enterrado. Los testigos, el señor Ngole y la señora Aber, también confesaron que su hermano fue enterrado con grandes cantidades de dinero.
La viuda, que había contratado los servicios funerales de Kampala para que abrieran la tumba y así poder meter en ella más dinero, reveló que estaba en posesión de otros 180 millones de chelines, y que tenía la intención de esconderlos en el ataúd de su marido.
En la reunión, el jefe del clan Okii de Okabo, el señor Mike Gulu, ordenó la inmediata exhumación del cuerpo. Y cuando los miembros del clan comenzaron a retirar el cadáver, la Sra Obong se negó a entregar los 180 millones y se fue del lugar.
Fuente: afrikmag.com; netafrique.net
Traducción / Edición: Bk
El Muni