Estoy en..., no sé cómo decirlo; ¿estaría bien decir que estoy en un dilema? ¿El término abarcaría todo lo que siento y padezco?
¡Veamos...!
LLevo tiempo, buen tiempo, queriendo decirte lo que siempre he querido decirte desde el primer día.
Si te lo decía aquél día, temí que me dijeras que a penas nos conocíamos. Pues, procuré que fuéramos conociéndonos y, prácticamente, nos hemos hecho muy buenos amigos; pero, eso no quita que quiera decirte lo que siempre he querido decirte desde el principio, porque lo siento removerse dentro de mí, a punto que se me quiere salir sin control, toda vez que nos encontramos.
Aquí está otra de las fases de mi encrucijada: decírtelo en estos momentos, corro el riesgo de perderte como amiga, muy buena amiga.
Verás, por eso mismo dudaba al principio si llamarlo "dilema" sería suficiente para abarcar todo lo que siento y padezco, porque aquí sale otro ramal desde mi nebulosa rotonda:
Visto lo anteriormente dicho; o sea, no debía decirlo porque no nos conocíamos a penas. Cuando ya somos tan amigos, no me atrevo a decírtelo por miedo a perder tu amistad.
Sin embargo, sé que guardármelo de por vida, mi espíritu vagaría triste por todos los confines de la Tierra...
Mi niña, si tuviera el valor de hablar contigo de mis miedos, de mis anhelos, de mis deseos..., te preguntaría: ¿qué opciones me quedan si es que alguna queda?, porque...; y esta es la clave de la cuestión:
yo te quiero.
Bk
El Muni