Qué bonito es amar y sentirse realmente amado. No se induce amar, se siente.- El Muni.
No aprecio ningún mínimo gesto de respeto a pasar de lo que él considera falta grave de su esposa, a la que por cierto, nunca pretendió si su matrimonio no fuera concertado por las madres de ambos esposos; o sea, nunca la quiso.
¡Pobrecilla, la chica!, que él se casó con ella por compasión respeto a su afligida madre que se marchitaba tratando de encontrar desesperadamente una nuera: y "de aquellos polvos, vienen estos lodos"...
El fangonio llega hasta el repudio total a la mujer, expulsión del hogar conyugal a renglón seguido.
Una cosa es que te quejes que tu mujer no te corresponda en sus deberes y obligaciones conyugales, cosas de las que se pueden hablar; pero, de ahí a rebajarla a la categoria de menor de edad, tutelada y prescindible en cualquier momento, me parece abominable.
Si es así la tónica general del trato fangonio a la mujer en Ecualandia, entonces jamás entregaría yo a mi hija en matrimonio con un fangonio de Ecualandia.
Mejor que me dé una escapadita romántica con la chica de Bata este fin de semana, antes de que me fangonice con estas historias de Ecualandia.
Fuente: Ana María Owono Bindang
Edición: Bk
El Muni