La pifia de la semana.
Durante un partido de fútbol de la segunda división turca, contra Göztepe, el equipo del Gaziantepspor encajó un gol en propia puerta, particularmente ridículo.
El portero había parado ya un penalti cuando uno de sus defensores se tiró de repente en sus brazos para felicitarle.
Una mala idea, ya que bajo el peso del jugador, el portero perdió el balón que luego se alojó al fonde de la portería...
El partido terminó finalmente con un empate a dos (2-2).
Fuente: quoi2news; netafrique.net
Traducción / Edición: Bk
El Muni