En África, siempre se puede encontrar culpables o explicaciones ante una tragedia o una muerte.
Es lo que ha sucedido en Camerún, recientemente, tras el descarrilamiento del tren número 152 de Camrail. En ese accidente, se evoca desde los entornos tradicionales a la brujería como la última responsable.
Y para conjurar la mala suerte y detener la serie negra, los líderes y dignatarios tradicionales del departamento de Nyong-et-Kelle, en la región de Eséka, -donde tuvo lugar la tragedia-, organizaron ritos tradicionales el pasado domingo, en lugares donde yacen sus antepasados. Objetivo: apaciguar su cólera.
Según las explicaciones ofrecidas, los espíritus malignos están ansiosos de sangre o de sacrificios humanos, la causa del accidente ferroviario, el cual arrojó el desgarrador saldo oficial de 79 muertos y 600 heridos...
De acuerdo con los informadores del rotativo koaci, en Eséka, lugar de la tragedia, "estaban presentes en las ceremonias: dignatarios tradicionales, religiosos y algunas figuras políticas cercanas al gobierno del sátrapa Paul Biya, así como la oposición política. La ceremonia contó con el beneplácito de las autoridades administrativas".
Las fuerzas de seguridad rodearon el acto que, según la tradición, era una ceremonia de purificación, basada en la creencia de que los espíritus ancestrales de esta parte del país necesitan sangre humana. Sin embargo, en Camerún, esta práctica suscita opiniones encontradas.
Algunos cameruneses no creen en la brujería y piensan que sólo el error humano pudo ser la base de este accidente múltiple, nada más.
Fuentes: Yao L junior;
Afrikmag.com
Traducción/Edición: Bk
El Muni