Cuando acudió al médico no tenía claras las ideas, no sabía lo que realmente precisaba; pero, había sufrido tantos desengaños que necesitaba algo en su cerebro para no padecer eso que llaman dependencia afectiva.
Se lo comentó a su medico y éste determinó derivar a su paciente a una cirujana especialista en operaciones afectivas. Tras varias pruebas, la cirujana asumió que podía ocuparse de su problema.
La operación consistió en la implantación de un microprocesador en la parte emocional de su cerebro. Se supo que después de aquella operación, nunca más volvió a tener celos ni apego emocional hacia nadie.
En mi opinión, quiero pensar que con aquella operación perdió parte de la esencia del ser humano. ¿Cómo se puede vivir sin celos ni apego a la persona amada? Sin embargo, en toda su integridad, rezuma una felicidad desbordante.
Me pregunto si realmente es feliz, o es una ilusión lo que la cirujana implantó en su cerebro...
¿Usted se sometería a semejante operación?
Fuente: Bk
Edición: Bk
El Muni