Ayer y hoy, por ti mujer,
en ardiente deseo me paso los días,
añoranzas en siolencio noches y días,
cuales amantes furtivos.
A nuestros recuerdos,
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recorridos imaginarios,
en otras dimensiones.
Mente, mi mente...
con la mente te percibo,
con el alma te añoro,
con el deseo te pervierto,
palmo a palmo tu talle profano:
caderas afrodita,
piernas en la fragua de Vulcano pulidas;
astrágalos de nácar,
tobillos a caviar persa,
falanges distales a regaliz.
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El hoyuelo de tu ombligo sabor a fresa,
inevitable torbellino, mi dulce muerte;
el moldeado de tu cuello,
tallo de mi árbol pecaminoso;
suaves mejillas, descansillos de mis labios;
y te beso, te beso y te beso;
tersos labios húmedos;
tu boca profano a besos,
cuando tu espalda castigo a carias.
Tu alma me quedé en tu ausencia,
pues te deseo sin tiempos verbales,
porque te quiero sin calendarios...
Bk
El Muni