Esta mujer me ha dado la esperanza de que, tal vez, no todas las esposas callan ante las atroces políticas de sus esposos presidentes.
Haber si se enteran las harpías africanas que secundan a pies juntillas la impopularidad de sus santísimos maridos presidentes.
Criticando públicamente a su marido, Aisha Buhari ha hecho amigos en el país, mientras el principal interesado le manda de vuelta a los fogones de la cocina.
Después del paso de la excéntrica Patience Jonathan por el mismo puesto, conocida por sus travesuras, escándalos políticos y financieros a los que se la asociaban, Aisha Buhari parecía destinada a restablecer la paz y la armonía en la presidencia nigeriana, acaba de demostrar que ella también puede dar que hablar.
En una entrevista concedida a la BBC, la primera dama de Nigeria hizo un llamamiento a su marido, el presidente, para que cambie de política, o ella se abstendría de votar por él si tuviera que presentarse a la reelección en 2019.
Aisha Buhari acusa a su marido de estar bajo la influencia de un pequeño grupo de personas que no actúa por el interés del país.
También criticó el nombramiento de altos funcionarios que no tienen «ni misión ni visión» alguna.
Peor aún, sostiene la primera dama que Muhammadu Buhari «no conoce siquiera el 45 ó el 50% de sus colaboradores».
En la diana de la primera dama, están dos pesos pesados del All Progressives Congress (APC), Congreso de Todos los Progresistas, el partido en el poder en Nigeria - de quienes, sin embargo, tuvo el cuidado de citar -: Rotimi Amaechi, Ministro de Transportes, que le fue impuesto a Buhari por el Senado, y Babatunde Fashola el ministro de Energía, Obras públicas y Vivienda.
La primera dama tiene igualmente en el punto de mira a Kemi Adeosun, de Finanzas. Sospechoso de ser protegido por otro cacique del partido, este banquero está acusado de no haber hecho méritos de cuando era Comisionado de finanzas en el Estado de Ogun.
¿Ella es igual de reservada como Patience Jonathan, la ex primera dama, era exuberante? La esposa del nuevo presidente Muhammadu Buhari, ¿debería tener el rol tradicional de la primera dama?
Ella debutó en su nueva faceta de primera dama con un breve baile celebrando la victoria. Rodeada de admiradoras blandiendo escobas de paja - emblema del Congreso de todos los progresistas, la coalición con la que su marido, Muhammadu Buhari, fue candidato cuando ganó la presidencia de Nigeria - Aisha Buhari de 56 años, por fin estalló en alegría.
Por lo general, siempre a la sombra de su marido, se ofrecía así a una pequeña cámara de vídeo que pronto recorrió todos los hogares de Nigeria.
De ella se sabe muy poco. Es fulani, originaria del noreste del país, que cuando tenía 18 años en 1989, se casó con Muhammadu Buhari, quien entonces tenía veintiocho años mayor que ella, y acababa de divorciarse de su primera esposa, Safinatu Yusuf.
Juntos tienen cinco hijos, unión temprana que no impidió a Aisha estudiar Administración Pública en la Universidad Ahmadu Bello antes de dedicarse a la Cosmetología en Dubai y Londres.
Un recorrido tranquilo como asombroso, que deja, sin embargo, presagiar el estilo de la futura primera dama, que contrasta y rompe con el estilo de la anterior primera dama, Patience Jonathan, convertida a raíz de sus faltas de ortografía, en el blanco favorito de cómicos y humoristas.
Durante la campaña electoral que llevó a su marido a la presidencia de Nigeria, Aisha se negó incluso responder a las provocaciones de la candorosa Patience, quien instó a lanzar piedras a los partidarios de la alternancia política y calificó a Muhammadu Buhari de "vejestorio comatoso".
Entonces el director de comunicaciones de Aisha aseguró que la señora Buhari "no se rebajaría" a responder este tipo de insultos ni jugará el rol de "represora de voces como Patience Jonathan".
Una primera dama "tradicional", es lo que la señora Buhari prometió ser en una de sus recientes y poco habituales entrevistas, cuando citaba algunos aspectos de sus futuras funciones: "dar la bienvenida a nuestros huéspedes, visitar los orfanatos, ayudar a los más pobres, librar la lucha por los derechos de las mujeres y la infancia...".
Y decir que su marido había prometido durante su campaña eliminar el gabinete de la primera dama si era elegido, porque la considera "inconstitucional".
"Si dicho gabinete está reconocido en la constitución, no lo vamos a suprimir, había sentenciado Aisha. Pero si no lo está, no me importará que desaparezca".
No podía ser más discreta.