Confidencial: «Prisionera de un amor imposible, cometí lo irreparable al tratar de tener junto a mí al hombre de mi vida».

En 2014 conocí a uno de mis primos, casado y con dos hijos en esa época, porque ahora tiene tres.

Resumiendo:

Yo vivía en Dakar desde hacía mucho tiempo y no había tenido la oportunidad de encontrarme con él antes (soy de Guinea Conakry).

Como mi hermana se iba a quedar en su casa ya que somos familiares, decidí hacerles una visita para asegurarme que mi hermana estaría en buenas manos.

En cuanto tuve a mi primo al teléfono por primera vez, me enamoré perdidamente de él antes de verlo siquiera. Las llamadas por teléfono se sucedían y se multiplicaban, los SMS, el deseo de vernos lo más pronto posible... nos enamoramos.

Salimos juntos incluso olvidándonos de que tenía una esposa, pues somos musulmanes; él me dijo que quería hacerme esposa suya. Acepté sin rodeos.

Regresé a Dakar, aunque volvía a su zona de vez en cuándo.

Con el tiempo él empezó a alejarse de mí tal que al final ya no había llamadas ni mensajes como al principio, tanto que sufrí y lloré muchísimo porque seguía pensando en él.

Decidí no hacer más esfuerzos porque ya no estaba interesado en mí. Regresé a Conakri en 2017 para permanecer allí indefinidamente y continuar mis estudios universitarios.

No pude resistir no saber nada de él en mucho tiempo, así que le llamé y le dije dónde me encontraba, y tuvo que tener lugar una reunión para que nuestra historia de amor reanudara; hablamos, nos explicamos y él me dijo una vez más que me amaba y siempre desea casarse conmigo.

La idea de ser una segunda esposa me molesta, pero con el amor que tengo por él no puedo dejarlo. Incluso recibí una propuesta de matrimonio que saboteé para estar con él.

Soy una chica de 23 años, muy respetada por mi familia y especialmente la confianza que mi familia me aporta está subrayada y es muy grande.

Todos me dicen que soy una mujer luchadora y todas esas cosas... Solo que he cometido lo irreparable y... sí, no soy perfecta y nadie lo sabe.

Un día me fui a ver a un ginecólogo por una infección y descubrí que yo ya no era virgen, sin embargo nunca había tenido relaciones sexuales con un hombre. Necesitaba estar segura de lo que me estaba pasando, así que decidí cruzar la línea con un hombre.

Imágenes de Guinea Conakri.- El Muni.

 

Estaba perdida. No podía contarle a mi familia el problema porque nunca me iban a creer. Para intentar olvidar a mi primo, salí con un chico, y me entregué a dicho joven...

A pesar de haberme entregado a aquél joven, durante algún tiempo, no pude vivir sin mi primo, así que volví con él.

Una noche le dije toda la verdad, que yo ya no era virgen; como era de esperar, no se lo tomó nada bien. Sin embargo, lloró conmigo. Le dije que lo sentía mucho. Él me perdonó y nos rejuntamos.

La muerte repentina de la abuela de ambos, de mi primo y mía, vendría a cambiar mi vida. Toda la familia se reunió en el pueblo para los ritos funerales y él estaba allí, sin su esposa, sin sus hijos; éramos libres y podíamos hacer todo lo que quisiéramos.

Él había preferido estar en el hotel debido a la muchedumbre congregada por los funerales de nuestra abuela, así que después de los ritos funerales, todos seguían ahí hasta la noche, él y yo también.

Un rato después, sin decirnos palabra alguna, nos fuimos de ahí juntos y nos entregamos apasionadamente al sexo sin siquiera pensar en las consecuencias.

Paramos una vez durante el acto, una vez que se convirtió en dos, y luego en tres. Lo hicimos sin protección.

Semanas después, dejé de ver el período; yo le hablé de ello, pero me pareció que él se estaba burlando cuando me dijo, "quizás sea mi pequeño el que está creciendo dentro de ti".

Rápidamente todo se volvió muy serio y bastante complicado, porque me hice una prueba de embarazo y ésta salió positiva. Yo estaba feliz de estar embarazada del hombre que amaba; pero, también me preocupaba mi familia.

Él decidió entonces que no le íbamos a decir nada a nadie, yo lo acepté; en la misma reunión decidimos también que yo me iría a Dakar para dar a luz, que él se ocuparía de todos mis gastos.

Solo me quedaba por convencer a mis parientes de que Dakar era lo mejor para mí. Cosa dicha y hecha.

Pero, él me llamó después para hablarme de toda la vergüenza que pasaríamos si la gente llegase a saber lo que teníamos entre manos. Ahí fue cuando  él me propuso abortar.

Colgué el teléfono llorando abatida, perdida y luego acepté porque lo amaba y estaba dispuesta a arriesgarlo todo por él.

Pagó para el aborto y aborté en un centro de salud. Decidí irme a Dakar a pesar del aborto, porque ya había convencido a mis padres para que aceptaran marcharme y ya no podía dar marcha atrás.

Él se hizo cargo de los gastos del viaje, incluído el alquiler de mi habitación, mientras por mi parte iba a la escuela a la vez que trabajaba para completar lo que él me enviaba de dinero.

Creo que estoy atrapada en este amor y no sé qué hacer con él. Lamento el aborto que acepté llevar a cabo y lo pienso todos los días. El problema es que tan pronto como nos vemos mi primo y yo nos acostamos y muchas veces sin protección.

Él me dice que le hago quererme y desearme cada vez más y, mientras, no puedo resistirme a él desde que le conozco, ya no quedo ni quiero estar  con ningún otro hombre. He luchado para olvidarle pero no lo consigo.

Necesito un consejo, ¿qué debería hacer con este hombre casado y con tres hijos en estos momentos?

Ayúdenme, por favor.

Necesitaba hablar de esto de forma anónima porque estoy avergonzada y me siento perdida. Veo todo lo que publicáis y pensé que podría encontrar aquí gente que me escuchara.

Muchas gracias.

Fuente: afriquefemme.com; netafrique.net
Traducción / Edición: Bk

El Muni