Mi marido y yo tenemos dos niñas, de 8 y 5 años. Además, él tiene un hijo de un matrimonio anterior, un niño de 13 años. Ese niño vive con nosotros desde agosto del 2013.
Sin embargo, tenemos un gran problema con él: no quiero ser vista como una madrastra malvada, pero la situación me molesta. Es por eso que quería hablar y ver si alguien me puede ayudar a resolver este caso que podría hacer peligrar mi relación con su padre (mi marido).
En efecto, el niño ha robado dinero de mi bolso en varias ocasiones a mis espaldas para comprarse videojuegos que envía a casa de su madre biológica. ¿Cómo sé que es él quien roba?
En primer lugar, porque mis hijos no se atreverían, les doy regularmente dinero de bolsillo; a parte, son muy jóvenes y nunca han hecho nada parecido.
Un día le pillé con la mano en la masa mientras revolvía en mi bolso. Antes de eso, el chico ya había robado la tarjeta de crédito de su padre, un comportamiento con el que ya recibió todos los castigos posibles, y como consecuencia de ello estuvo algún tiempo sin volver a las andadas.
Hoy, a sus 16 años y medio, ha empezado de nuevo... Hace unas semanas mi billetera desapareció con una buena cantidad de dinero. Después, desapareció la paga de mi hija, a pesar de que la escondimos bien en mi habitación.
No hace más de un mes encontramos un nuevo Smartphone de gran valor en su habitación, un teléfono que su paga no le permitiría adquirir.
Antes de saber lo del Smartphone, tuvimos los tres una discusión distendida, tratando de averiguar lo que sucedía. ¿Por qué él robaba de esa manera?, pero sin un resultado concluyente. Porque, sin a penas parpadear, ¡dijo que no era él!
Es lo que dice siempre: «¡No soy yo! No sé por qué diría que soy yo». Sin embargo, todos sabemos que él es el ladrón; pero, ¡siempre lo niega!
Él recibe una paga mensual. Su padre incluso le ha duplicado la cantidad. Llegamos a pensar que podría ser porque a menudo iba corto de dinero y no se atreviera a decírnoslo.
Pero aún habiéndole aumentado la cuantía de la paga, la cosa no ha cambiado. Tiene una moto, bueno, un scooter, y es su padre quien le paga la gasolina. Le preguntamos si necesita más dinero, pero él dice siempre que no..., que ya tiene suficiente.
No somos capaces de entender su comportamiento. ¿Por qué roba entonces?, y ¿por qué está siempre mintiendo? En casa no es un niño extrovertido, está enganchado a los vídeojuegos; a veces sale con amigos, y rara vez visita a su madre biológica, porque pocas veces madre e hijo están de acuerdo.
Le sugerí a mi marido meterle en una pensión o en un internado, pues no veo ninguna otra solución, debido a que vivir con una persona que roba constantemente es insoportable.
Todo está bajo llave en mi casa, no me siento segura en mi propia casa. La relación con mi marido tiene altibajos como cualquier pareja. No me gusta el trato que recibe mi marido a causa de la mala conducta de este muchacho. Tampoco me gustaría que el entendimiento con mi marido se viera empañado por la mala conducta de su hijo; me estoy comportando educadamente, según mis principios y mi educación.
Trabajo mucho. Los fines de semana estoy con los niños y con mi marido. A menudo él organiza las salidas a la playa, pero su hijo prefiere pasar el tiempo con sus amigos o en la casa con sus videojuegos.
Yo hablé con el joven un día cuando me dijo que quería dejar de estudiar para irse a Europa. Le hablé a su padre de nuestra conversación, y éste se opuso categóricamente a las pretensiones de su hijo.
El padre quiere que su hijo complete primero la escuela secundaria. Desde entonces, el joven se ha encerrado en sí mismo; ya pasa mucho más tiempo en Facebook sin el conocimiento de su padre, comparte videos y a veces se queda muy tarde hasta las dos de la madrugada.
Me preocupo por él. No sé si el chico sufre de algún trastorno de la personalidad o de alguna otra patología que no somos capaces de determinar. En un momento dado, sugerí a su padre que le hiciera examinar por un psicólogo para tratar de ayudarlo.
Pero mi marido se niega a explorar esa opción. Es de carácter muy estricto con respecto a la educación de sus hijos. De hecho, no vacila a la hora de corregirlos o castigarlos, creyendo que así finalmente los enderezará.
Ya no sé qué hacer ni qué pensar. Por mi parte, trato de comunicarme con el joven, le tiendo la mano para aportarle un poco de comodidad. Durante algún tiempo dejó de robar, pero lo ha reanudado en estos días. Así pues, me pregunto si podrá cambiar algún día.
Fuente: Top Visages; netafrique.net
Traducción / Edición: Bk
El Muni