Un hombre adulto, maduro, que piense que una mujer de su misma edad o de edad cercana no debería haber sido madre, es un egoísta narcisista. Esto va también por ciertas mujeres que piensan lo mismo hacia los hombres.
Eres un hombre, has sido padre o eres padre; por alguna razón no tienes pareja en estos momentos, pero quieres rehacer tu vida sentimental. Y si eres mujer, esto va también por ti.
Sin embargo, te empeñas en que la mujer que se junte a ti no tenga hijos, que sea una mujer que no haya sido madre, ¿por qué?.
Esto va también por las mujeres que teniendo hijos les supone un handicap rehacer su vida sentimental con un hombre con hijos.
Es una actitud que considero egoísta, incluso narcicista si esa persona no tiene descendencia.
El ser humano, como todas las especies animales, nace, crece, se reproduce y muere finalmente dejando su legado, su descendencia para la continuidad de la humanidad.
Ciertamente, no a todos ni a todas entusiasma el hecho de procrear. Pero la vida de la persona está secuenciada, tiene fecha de caducidad, y no es necesario ir a una escuela para saber que a cierta edad, hombre o mujer han podido pasar por la experiencia de la maternidad o la paternidad.
Es de egoístas que hombres de cuarenta o cincuenta años piensen que una mujer de su misma no puede haber sido madre; lo mismo va por las mujeres que piensan que un hombre en edad adulta no debe haber sido padre para que considerase ser su pareja y no un incordio por tener hijos.
Da la impresión como si no debiéramos ser padres o madres según quién.
Si les digo lo que pienso respecto a esta cuestión, este tipo de disquisiciones solo tienen cabida en las clases desfavorecidas. Como una mujer o un hombre tenga mejor posición social, a ver quién le condiciona a rehacer su vida sentimental solo porque tenga hijos o hijas.
En cualquier caso, la gente se encontrará siempre con estas situaciones en pretendidas relaciones donde no hay verdadero amor. Es mentira que una persona quiera realmente a la otra mientras repudia a sus hijos. Ahí no hay amor de ninguna clase. Otro nombre podrá tener aquello; pero, amor, de ninguna manera.