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Una mujer casada abrió su cuenta de Facebook, así como la de Whatsapp con su número de teléfono conocido por todos sus allegados, pero ella no sabía que su marido también tenía una cuenta de Facebook y de WhatsApp en las que agregó un número de teléfono privado; es decir, un número que no había dado a conocer a sus más próximos.
Por Facebook y Whatsapp, el marido cambió su nombre y sus fotos. Un día, al querer probar la lealtad de su esposa, le envió una solicitud de amistad por Facebook que ella aceptó..., éste fue pues el comienzo de una nueva amistad.
Después de darle el número de teléfono de su cuenta de Whatsapp, el esposo empezó a conquistar a su esposa por Facebook y por Whatsapp.
Ella, finalmente, por decirlo de alguna manera, se dejó caer en brazos de su nuevo galán y aceptó. Todos los días, intercambiaban afectos y cariño en la red, en un juego de seducción. Hasta entonces, la mujer todavía no sabía que estaba siguiéndole el juego a su propio esposo.
Él sí sabía que la mujer era su esposa, porque ésta no le ocultaba su verdadero rostro ni su dirección. Dándole a la cosa un poco más de empuje, el marido fue tan lejos como para pedirle a su esposa fotos íntimas que ella le mandó.
Contra todo pronóstico, la mujer se prestó a ese pequeño juego. Todos los días ella enviaba las fotos más hermosas y sensuales a su nuevo galán.
- Mi amor, realmente eres hermosa; te te invito a cenar conmigo, dixit el marido oculto.
- Querido príncipe encantador, estoy enteramente a su disposición - respondió la mujer -.
- Así pues, le pido que venga a verme al Hotel X, en el barrio Y, a las 20 horas - invitó el hombre -.
- Bien..., de acuerdo, mi príncipe azul, no hay problema - dijo finalmente la mujer -.
A continuación, ésta se apresuró a preparar la comida; luego hizo una llamada telefónica a su flamante seductor con su número de teléfono real, ignorando todavía que el hombre que estaba entrando en su vida no era quien decía ser. Solo sabía que estaba llamando a su príncipe encantador.
Después se inventó una supuesta visita a su abuelo para aquella tarde; pero dijo a continuación que no estaba segura de poder regresar sino hasta el día siguiente. Y agregó:
- Te he hecho la comida y todo está listo en la mesa del comedor. Así que..., cariño, no hay problema -dijo la joven mujer como si se despidiera de su esposo en caso de que éste llegara a casa en su ausencia-; te deseo todo lo mejor de mi parte.
El esposo convertido en seductor virtual se dirigió rápidamente al hotel, un poco antes de la hora de la cita. Escogió una habitación bien orientada y advirtió a la recepcionista de la llegada de una persona en su nombre.
Finalmente envió un mensaje de texto para decirle a la mujer que ya estaba en el hotel, en la habitación número X, con aire acondicionado. Inmediatamente la mujer corrió a coger un taxi para reunirse con el hombre en el hotel de la cita.
Al llegar al hotel, la recepcionista la condujo a la habitación número X; ella abre la puerta: ¡Sorpresa...!. Descubre a su esposo acostado en la cama.
- Cariño, ¿qué estás buscando aquí? ¿Esta es la casa de tu abuelo?
La mujer respondió: y tú, ¿qué estás buscando aquí? El marido encendió su teléfono móvil y este fue el comienzo de las revelaciones, le mostró las conversaciones, las fotos, etc. Avergonzada, la joven esposa bajó la cabeza y se arrodilló ante su marido en señal de arrepentimiento.
Lo que pasó después, ¿se lo pueden imaginar las lectoras los lectores de El Muni?
Fuentes: netafrique.net; Rumeursdabidjan.net
Traducción / Edición: Bk
Traducción / Edición: Bk
El Muni