Cariño, no sé cómo lo haces; pero, me besas que el frontal se me volverá occipital y no me importará acabar en un manicomio por tus besos.
Cuando supe que de verdad me abriste las puertas de tu alma y me sentí alojado dentro de ti, entonces te dije: te quiero.
Y te lo dije, no porque me lo reclamaras, sino porque lo sentía brotar dentro de mí.
En aquella ocasión, me correspondiste en la lengua de la chanson de Roland, cuando la "e" se hizo muda y tu boca pronunció la frase acariciando las palabras, sin a penas palparlas: "chéri, je t'aime moi aussi".
De la frase ni me enteré,
cuando la pronunciaste,
el conjuro de los enamorados: "je t'aime";
sí alcanzó mis profundidades,
todos los poros de mi piel,
la zona abisal, mi alma;
donde tu mirada está alojada;
me atrapa,
brota de tus ojazos color tanganika.
No quiero despertarme del sueño de tus besos,
ni aunque truene,
ni que las siete plagas del Apocalipsis invadieran el planeta;
porque yo necesito levitar en el aire de tu respiración,
hasta el final de los tiempos...
Entonces me entregaste tus tobillos y los dedos de tus pies y los acaricié a lametazos; recorrí los rápidos de tu ombligo, el valle de las delicias, en los confines de los jardines eternamente floridos, la planta de hoja eternamente perenne.
Cariño, me administras una dosis de infarto; treinta y seis años de mujer, treinta y seis años de plenitud, treinta y seis años en frescura y ternura, treinta y seis años en besos y placer, treita y seis años para un viaje de amor de un milenio...
Entonces asalté los cielos cuando mi boca hundí en tu boca, mientras iba ahogando tu, a penas audible, "chéri je t'aime, chéri je t'aime, chéri je..., chéri..., chériii".
Por momentos, Bata se iluminó en la hora vespertina con cirios especiales. El acordeón planetario clareaba los cielos de la ciudad del amor, pues iba soltando notas melódicas, esparciendo la estela de nuestro amor por el mundo.
Y te deseé con locura, te deseé mucho, mucho, mucho, mucho, mucho; siempre te he deseado, y te desearé hasta el final de los tiempos, porque je t'aime, chica de Bata.
Bk
El Muni