Este caso debió llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Alguien debería asumir resposabilidades administrativas, judiciales y políticas en el Principado de Asturias por este caso de flagrante dicriminación, maltrato psicológico e intento de apropiación de un bebé.
Si la administración General del Estado, cual ha de velar por salvaguardar los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas los vulnera y los viola de esta manera abominable, dicha administración debe ser llevada a los tribunales, en un "Estado de Derecho".
Una institución estatal ha violentado a una menor bajo su tutela y custodia hasta el maltrato psicológico : ¿Quién asume la responsabilidad de este intento de robo de un bebé y los cuatro años de calvario padecidos por la joven madre biológica?
¿A quién le corresponde explicar a la opinión pública española que un empleado de la casa de acogida dejó embarazada a una niña de 14 años mientras estaba bajo la tutela de la institución?
¿A quién le corresponde explicar que los servicios sociales del Principado de Asturias decidieron dar en adopción al hijo de la cría sin su consentimiento?
"No me dejaron amamantarle, no me dejaron acariciarle, ni tenerle conmigo", se lamenta María José Abeng Ayang, la madre biológica del niño en preadopción en Valencia.- El Muni.
Unos padres entregan a su hijo adoptivo a su madre biológica
La sentencia ya ha sido recurrida al Tribunal Supremo
Carta abierta de María José Abeng Ayang, la madre del niño acogido hasta los 4 años por una familia valenciana.
Mi mundo se desmorronó. Durante meses, caí en una profunda depresión, más cuando abogado tras abogado, ninguno conseguía vencer al dragón gigante.
Fueron años de peleas en tribunales, de cerrarme la puerta en las narices, de incomprensión, de crueldad despiadada. Y les digo: No. Nunca he bebido, como se ha atrevido a decir el Sr. Vila, nunca he fumado, nunca me he drogado y nunca me han maltratado.
Aquí está mi cuerpo para hacerme las pruebas que consideren. No me QUITARON A MI HIJO por tener mala vida ¿Qué mala vida podría haber tenido interna en un centro de acogida con 14 años?
¿Se preocuparon en cambio de si el padre, estaba en el propio centro? ¿Si pertenecía a esa Administración que intentaba tapar el sol con un dedo, dando a mi hijo en adopción para así acallar a una pobre niña guineana?
Tranquilo Dragón. Mi hijo no tiene padre. Tiene madre, y soy YO.
Pero Dios es grande, y nunca nos falla. Y a mí me puso un ángel en mi camino. Mi abogada, Nieves Ibáñez Mora, quien por primera vez se interesó por mi caso, y se pasó noches y noches en vela estudiando aquel expediente enrevesado, descolocado y sin principio ni fin.
Y tras dos nuevos juicios y dos años nuevos de lucha, la Audiencia Provincial de Oviedo, con el apoyo de TRES PERITOS (dos psicólogos, Doña Elena Aza, Don Carlos Castellanos y una trabajadora social), estimó la aberración que se había hecho conmigo desde que me privaron de mi hijo. Sí Sr. Vila, no mienta más.
TRES PERITOS, NO UNO COMO USTED VA CONTANDO. La sentencia está a disposición de quien quiera leerla, porque es demoledora respecto a la Administración Pública, y al trato que se me dio en lo que respecta a mi hijo.
No voy a entrar, Sr. Vila, en su doble moral de representar a madres biológicas para recuperar a sus hijos, y ahora curiosamente el caso contrario. Tampoco en los libros que usted escribe, sobre el mal funcionamiento del sistema, y los niños robados. Pero no voy a permitir, una difamación más, por su parte.
En cuanto a que mi hijo necesitaba una adaptación antes de ser entregado, estoy totalmente de acuerdo. Por eso, después de dilatar el proceso de entrega día tras día, el Juzgado instó la entrega el día 8 de agosto de este año, señalando un acoplamiento propuesto por la Consejería de Asturias, desde el día 3 al 8.
Y allí nos vimos mi abogada y yo el día 2 de agosto en Valencia, para que el día 3 no se presentaran los padres de acogida. Tampoco lo hicieron el 4, ni el 5, ni el 6, ni el 7 ni el día 8 (día en el que acudieron desde Asturias tres técnicos de la Consejería de Servicios Sociales de Asturias a Valencia, para asistir la entrega y se fueron como vinieron).
Cada día, era una tortura, como si me clavaran un puñal en el centro del corazón. Discutí hasta con mi abogada, quien me relegaba a la calma y yo solo podía pensar dónde estaría mi hijo.
Nos quedamos en Valencia, mi abogada y yo hasta el día 12, suplicando una respuesta, y un poco de piedad. Pero volvimos, 14 horas en tren hasta Asturias, con el coche de la Patrulla Canina que había comprado para mi hijo, un montón de tortugas Ninja, (que no pararon de sonar en las 14 horas de viaje), y el corazón roto, amén de la incertidumbre de si los padres de acogida habían desaparecido para siempre y jamás volvería a ver a mi hijo.
Ni una sola palabra de aliento hubo por su parte, ni un mínimo de compasión.
Buscados los padres de acogida por las fuerzas de seguridad, para el cumplimiento de una sentencia (que digo yo, que las sentencias tienen que ser cumplidas por todos, como yo las cumplí en su momento, desde cuando me denegaron desde las visitas hasta la última resolución judicial), y constando los padres de acogida oficialmente como "desaparecidos", se dictó por el Juzgado una orden de "búsqueda y localización" de los mismos.
Localizados los padres de acogida por la Guardia Civil, el 5 de septiembre (casi nada ¿verdad?, solo un mes en el que yo creí morir de angustia pensando en que jamás volvería a ver a mi hijo, que se habían ido de España, y miles de cosas más que pasaron por mi cabeza), mi abogada se puso en contacto con el Sr. Vila, para realizar un plan de adaptación, desde el día 7 de septiembre (que yo, me volví a personar en Valencia), hasta el día 12. Pero no. No podía ser así. Los padres de acogida se negaron, instándoles como último día la Guardia Civil el día 12, o en su caso proceder a su detención.
¿Y ahora vienen ustedes a hacer todo este circo mediático, el día 12, en el cuartel de la Guardia Civil, con ambulancia, manifestación, mentiras, calumnias y difamaciones cuando yo podía haber instado su detención, negándome a ello por entender su propio dolor?
¿Y me encuentro que toda la prensa, televisión nacional y privada hablan de mí, sin saber lo ocurrido, lo que he pasado, y sin contrastar los hechos, guiados únicamente por lo que dicen los padres de acogida, que estaban legalmente desaparecidos?
¿Y sale en Televisión Española, el Sr. Fernando Onega suplicando justicia, en una televisión que pagamos todos los españoles?
¿Justicia para quién?
¿Y qué sentido de la justicia mueve a estos padres, su interés o el del menor? ¿No es acaso el interés fundamental de cualquier persona, el conocer y estar con su familia de origen?
¿Justicia para quién, repito?
Justicia, solo si les favorece; si no les favorece ¿se saltan la ley, la sentencia sin más y desaparecen?
¿qué justicia está pidiendo quien incumple la justicia?
¿Qué oscuro transfondo mediático esconde "mi caso", que se ha hecho noticia a nivel nacional, como si hablásemos de una cuestión de interés nacional?
¿Se preocupa alguien de investigar si hay más casos como el mío, de negligencia de la Administración Pública, o de qué procedimiento se realiza para dar a los niños en acogida, o cómo se eligen a los padres de acogida?
¿Ustedes saben la cantidad de personas que se han puesto en contacto conmigo, por padecer un caso similar al mío? ¿Se preocupa alguien de ello?
¿Qué contactos tienen ustedes para llegar a nivel nacional, y que todos los medios de comunicación den la noticia de manera sesgada? ¿Hacer más mediático aún al Sr. Vila? ¿Defendemos los intereses de un niño, o queremos ganar nuevos casos para el despacho, y más dinero para embolsar?
¿A qué responde esta manipulación de la opinión pública, más cuando en este país hablar es gratis?
Esta es mi historia. Mi triste historia documentada, y que la Audiencia Provincial supo valorar, con un expediente de muchos folios, y SÍ. Juan Francisco Aben Ayang, es mi hijo.
Aunque se me privara de estar con el mismo durante cuatro años, ES MI HIJO.
No soy alcohólica, ni drogadicta, ni tan siquiera fumo. No me maltratan ni me han maltratado jamás, como usted, Sr. Vila, osa decir. No me quitaron a mi hijo por llevar mala vida, porque yo era una niña custodiada, que vivía en un centro de acogida.
¿Acaso alguien ha preguntado por qué la Consejería en abuso permanente de su derecho, envío a la Policía a mi casa, para preguntar a todos mis vecinos, si mi pareja me maltrataba?
¿Por qué después de dictarse sentencia a mi favor, me sigue la Policía y va a donde yo estudio? ¿Creen que voy semidesnuda por la calle y que bebo alcohol? Ya está bien, por Dios.
Y si bebiera alcohol cuando salgo, que no es el caso, porque además no me gusta el alcohol, ¿qué? Tengo 19 años, soy mayor de edad y hasta ahora, no he tenido a mi hijo conmigo. ¿Ninguno de ustedes beben cuando salen? ¿Me van a demonizar por eso, más cuando es incierto?
Difamar en este país parece que resulta gratuito de momento. Solo soy una chica española de origen guineano, que YA NO QUIERE SER EUROPEA, y que lo único que desea es ser feliz con su hijo.
Hijo que tiene una familia, unos abuelos, unos tíos, unos primos, y ante todo una madre. Y mi hijo, no se llama Joan (en valenciano), ni Xuanín en asturiano. Se llama Juan Francisco.
Solo tengo 19 años, pero la vida me ha curtido en la lucha con dragones. He llorado en estos cuatro años, tanto!!! que a veces pensaba que no tendría más lágrimas para llorar el resto de mi vida. Me equivoqué, Sr. Vila.
Hoy viendo sus calumnias, he vuelto a llorar. Llorar de rabia, de impotencia. Preguntándome el por qué de tanto dolor hacia mí y hacia mi familia. Y de alegría, de mucha alegría al abrazar de nuevo a mi hijo (que por cierto, es igual que yo, hasta tiene los mismos dientes separados que yo)
No soy yo quien ha iniciado esto. No soy yo en quien tienen que volcar su rabia, su tristeza y su impotencia. Yo no les dí el niño en acogida. A mí, me lo arrebataron.
No soy yo, quien les ha puesto en esta situación. Solo soy una madre que AMA por encima de todo a su hijo. Que no ha dejado de luchar por él, desde el mismo momento en el que supe me lo querían arrebatar o ¿cree que me fue fácil huir a Guinea embarazada, con 14 años, para que no me lo quitaran?
Lo que está claro es que no voy a renunciar a mi hijo, ni ahora ni nunca. Si no hubiera llegado a recuperarle, le buscaría cuando tuviera 18 años.
Y ¿Qué cree que opinaría Juan Francisco, cuando conozca toda mi historia, toda mi lucha contra los dragones?
Gracias a todo aquel que se ha detenido en leer mi historia. Y por Dios, antes de opinar, conozcan la verdad.
P.D: El niño está bien. Tranquilo como soy yo, y como es él. Respétennos y déjennos disfrutar lo que se nos ha denegado por el dragón en estos cuatro años. Gracias.
María José Abeng Ayang.
Fuente: http://www.lne.es/oviedo/; La Nueva España
Edición: Bk
El Muni