El exministro de Asuntos Exteriores en 2012 desmonta las conclusiones del trabajo por el que Villarejo percibió 5,3 millones de euros del régimen de Guinea Ecuatorial:
"No le conozco y dudo de que mi jefe de gabinete le encargara nada".
Analista en asuntos exteriores con importantes conexiones en el Gobierno de Mariano Rajoy.
Así se presentaba el excomisario José Manuel Villarejo ante sus clientes de la dictadura de Guinea Ecuatorial, a quienes convenció de que el ministro José Manuel García-Margallo apoyaría al primogénito del actual dictador, Teodoro Nguema Obiang, alias Teodorín, como nuevo presidente de la antigua colonia española.
El ex alto mando mostró a los dirigentes ecuatoguineanos su intención de lograr un acercamiento, "al nivel máximo institucional del Gobierno de España con el círculo próximo a Teodorín:
Acordándose mutuamente un calendario de encuentros previstos para el otoño próximo, esto es, a partir de octubre" de 2012.
En una grabación, cuya fecha no puede determinar la Policía, Villarejo anuncia a Francisco Menéndez Rubio (el intermediario que encargó el trabajo en nombre de Teodorín) que su intención era "conseguir el apoyo del Gobierno de España".
Ante lo que su interlocutor contesta de forma escueta: "Eso es. Eso, eso...".
"Esa es la labor que llevamos, que llevamos calladita", prosigue el excomisario en el audio, a cuya transcripción tuvo acceso Vozpópuli.
"En el momento que yo consiga que el ministro de Asuntos Exteriores nos crea y diga, estos tíos nos interesan más, y que no venga el hermano pequeño...
A partir de ahí conseguiremos despegarle la hostia porque además de nuestras armas, tendremos un par de portaaviones por lo menos detrás", añade el principal investigado del caso Tándem.
En su declaración tras ser arrestado en noviembre de 2017, Villarejo llegó a asegurar a la jueza Carmen Lamela que él había aceptado el encargo de Guinea Ecuatorial en nombre del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Dijo, incluso, que había mantenido una reunión con el entonces jefe de gabinete de García-Margallo, quien le había ordenado un informe sobre la conveniencia de apostar por Teodorín como sucesor de su padre.
No le conoce.
Vozpópuli ha conversado con García-Margallo, quien califica estas maniobras de Villarejo con sus clientes como "un cuento chino".
El ex titular de Asuntos Exteriores niega haber conocido al excomisario y rechaza haberle encargado un trabajo.
"No le conozco y dudo de que mi jefe de gabinete le encargara nada. No sé nada de ese informe", dijo de forma categórica.
El 7 de marzo de 2012, el excomisario grabó una de sus conversaciones. Es esta, participaron Rafel Redondo (su socio en la empresa Cenyt) y el empresario Francisco Menéndez Rubio (uno de sus clientes).
Este último había encargado al exagente un trabajo de inteligencia y un dossier personal que se iba a utilizar en el ámbito de luchas políticas de Guinea Ecuatorial.
Los clientes de Villarejo querían "desprestigiar" la figura de Gabriel Mbega, unos de los hijos del dictador de Guinea Ecuatorial, al que se le considera como el gran rival de Teodorín
En concreto, los clientes pretendían "desprestigiar" la figura de Gabriel Mbega, uno de los hijos del dictador de Guinea Ecuatorial, al que se le considera gran rival de Teodorín.
Villarejo se refiere a él en el informe como "líder" y le trata como "cliente".
Orgías con chicas.
En uno de sus informes, el excomisario asegura que en 2005, tras firmar un contrato petrolero, Gabriel Mbega "pasó varios días en Marruecos, pagando en efectivo fuertes sumas en dólares y euros, tanto en fiestas como en gastos de hotel, según fuentes fiables de dicho país que apuntó también orgías con numerosas chicas, todos los días".
Así, Villarejo trata de convencer a sus clientes de que su oponente y sus aliados estaban realizando una campaña contra Teodorín en los medios de comunicación a nivel europeo.
Según el comisario jubilado, lo hacían con un presupuesto que sobrepasaba los 75 millones de euros.
Este trabajo se elaboró, según la Fiscalía Anticorrupción, utilizando información de carácter confidencial a la que el presidente del Grupo Cenyt, que era el propio Villarejo, accedía por medios propios de su condición policial o con la ayuda de colaboradores.
Cándido Nsue.
En esa entrevista de marzo de 2012, según explica la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, se evidencia que el entonces director general de la empresa nacional de Guinea del Petróleo (Gepetrol), Cándido Nsue Okomo, es la persona que encarga el trabajo al excomisario español.
Nsue Okomo, persona del entorno de Teodorín, utiliza como intermediario del encargo a su sobrino Crispin Edu Tomo Maye (alias Billy) y al empresario Francisco Menéndez Rubio, quien habla directamente con Villarejo.
La finalidad del trabajo, según explica la Policía en un informe que analiza las conversaciones grabadas por Villarejo, era someter a una "exhaustiva investigación" a Gabriel Mbega, otro de los hijos del dictador de Guinea Ecuatorial.
Éste es considerado como el gran rival de Teodorín para suceder a su padre al frente de la dictadura.
Los seguimientos.
En una de las conversaciones grabadas, el propio Villarejo manifiesta su intención de "empezar con los móviles y con los vehículos".
Anuncia que harán todo lo que les sirva para que si están siguiendo a Gabriel Mbega al aeropuerto, "saber que va a ahí".
Sin embargo, otra grabación resalta que los clientes guineanos estaban impacientes y preocupados por dos informaciones publicadas en El País y El Mundo que parecían favorecer a Mbega, en detrimento de Teodorín.
Por eso, el clan de Villarejo se comprometió a hacer una primera "prueba de fuerza" con la intención de "debilitar la imagen de Gabriel Mbega".
En sus conversaciones, Villarejo pone de relieve su capacidad de analista económico internacional, e incluso califica como "prepotente" la actitud de un directivo de Repsol.
"Dialogan sobre el papel de Repsol en la zona de Guinea Ecuatorial y de la importancia política para el Ministerio de Asuntos Exteriores conseguir que Repsol vuelva a Guinea", completa en su informe la Policía.
"La pasta de Gabriel".
En la misma conversación, el excomisario expresa a su cliente cuáles son sus objetivos: conseguir "el apoyo del Gobierno"; proseguir con las investigaciones sobre las cuentas para "localizar el lugar donde está la pasta de Gabriel Mbega"; y tratar de parar las informaciones publicadas sobre las cuentas de Teodoro Obiang en el extranjero.
Para ello, Villarejo convence al empresario que hizo de intermediario con la dictadura guineana de que "España pueda interceder ante tan gratuito ataque a la soberanía de un país, como el sufrido por el Gobierno de la república usando la respetable figura de Teodoro Obiang".
"En concreto le solicitan matrículas de los vehículos que utilice y números de teléfono que emplee en España, con los que obtiene valiosa información procedente de las bases de datos policiales", según la Policía
Villarejo, quien asegura que si la Policía española investiga a sus clientes se enteraría, pide a su interlocutor datos privados de Gabriel Mbega.
"En concreto le solicitan matrículas de los vehículos que utilice y números de teléfono que emplee en España, con los que obtiene valiosa información procedente de las bases de datos policiales y de la conservación de datos a que vienen obligadas las diferentes compañías telefónicas", completan los agentes en su informe.
En este sentido, el excomisario también alertó al entorno de Teodorín de la existencia de una investigación sobre él por parte de los servicios secretos franceses, y que antiguos miembros del CNI español, antes Cesid, colaboraban con Gabriel Mbega para ocultar sus bienes, propiedades y cuentas bancarias en el extranjero.
Por su parte, la Universidad de Valencia se enfrenta a Guinea Ecuatorial por crímenes de tortura.
La Clínica Jurídica del centro de estudios ha advertido a Teodoro Obiang que presentará denuncias ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por las "graves torturas" cometidas a uno de los magistrados de Guinea Ecuatorial.
Fue detenido el 29 de abril de 2017 por orden del ministro de Seguridad Nacional de Guinea Ecuatorial.
Hasta ese día, ejerció como magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 1 y 2 de Malabo, la capital guineana.
Lo que pasó después, la clínica jurídica de la Universidad de Valencia lo describe como "graves torturas" e "intentos de asesinato" por parte de la dictadura de Teodoro Obiang.
De ahí que haya decidido defender el caso de Inocencio Membila y advertir al régimen guineano de que presentará una denuncia ante la Justicia internacional.
El pasado 28 de noviembre, la clínica jurídica por la justicia social de la Universidad valenciana presentó un escrito ante la Embajada de Guinea Ecuatorial en España para advertir a Obiang de que tenía un plazo de un mes para manifestar su "disposición de reparar los daños causados".
En la misiva, se acusa al régimen ecuatoguineano de cometer hechos "constitutivos de crimen internacional de tortura en conexión con otros crímenes internacionales".
Y se avisa de que el Derecho Internacional establece su imprescriptibilidad y la obligación de perseguirlos ante los tribunales.
"Intentos de asesinato".
"Tal y como relata [Membila] en su testimonio, acreditado con prueba documental y pericial, fue víctima de detenciones arbitrarias, graves torturas e intentos de asesinato por parte de miembros del Gobierno de Guinea Ecuatorial", se lee en la carta de ocho páginas.
Membila recuerda que la persecución en su contra se inició tras su decisión de dejar en libertad a un hombre que "había sido arrestado injustamente" por supuesta falsificación de documentos.
"El señor tenía una empresa con la hija de Obiang. Cuando yo le recibí para interrogarle en el juzgado, no sabía de qué le acusaban.
Analicé los documentos y vi que nada le incriminaba", explicó a Vozpópuli.
Fue entonces cuando el magistrado decidió dejarlo en libertad. "Ahí empiezan los problemas conmigo, El Ministerio de Seguridad empezó a perseguirme", añade.
Membila asegura que llevaba dos semanas en prisión cuando intentaron envenenarle. "Mi tía consiguió que me llevaran al hospital y gracias a los médicos cubanos, salí bien.
Para camuflar lo ocurrido, me nombraron jefe del departamento jurídico del presidente", cuenta.
La gota que colmó el vaso.
Posteriormente, y gracias a un chivatazo de un miembro del partido, Membila logró llegar a la frontera con Camerún.
"Tres tiros al vehículo en el que iba", recuerda el magistrado, quien insiste en que se trataba de miembros de la policía judicial vestidos de civiles.
El magistrado, ahora residente en España, admite que presenció "muchísimas cosas turbias en Guinea Ecuatorial".
Pero insiste en que el último caso "fue la gota que colmó el vaso", por lo que decidió dejar en libertad a aquel hombre.
El plazo a Obiang ha vencido. La Universidad no ha recibido respuesta alguna por parte del líder del régimen guineano.
Ante su silencio, la Clínica Jurídica procederá a realizar las gestiones de las que advirtió en su misiva al dictador de Guinea Ecuatorial.
"Se formulará denuncia particular ante el Comité de Derechos Humanos" de las Naciones Unidas y ante las "distintas relatorías especiales por la vulneración de derechos humanos".
También tienen previsto denunciar el caso en el Examen Periódico Universal (EPU) de la ONU al que Guinea Ecuatorial se someterá en mayo de 2019.
Fuente: www.vozpopuli.com/politica/
Alejandro Requeijo/Toño Calleja/Liliana Ochoa
Edición: Bk
El Muni