«Promedios de transmisión sexual»: en Gabón, los estudiantes hablan de «MST», o sea, «Moyennes sexuellement transmissibles» para referirse al uso de calificaciones académicas por parte de los profesores como medio de acoso sexual contra las estudiantes.
«Él (un profesor de secundaria) comenzó a seducirme. Empecé a rechazarle, a rechazarle y a rechazarle hasta que un día me puso un cero en mi primera tarea», recuerda Melanie (requiriendo un seudónimo), que hablaba con la cabeza gacha frente a la cámara de la agencia de noticias AFP y se enorgullece de haber "resistido al acoso del docente.
Al igual que otras estudiantes, la joven, ahora estudiante en la Universidad Omar Bongo en Libreville, Gabón, no duda en hablar sobre el «acoso sexual» por parte de los maestros y profesores que utilizan las calificaciones académicas como un medio de presión para obtener favores sexuales de algunas estudiantes.
Otra estudiante, bajo el anonimato, dijo haberse cambiado de escuela, después de rechazar lo indecible el acoso de un profesor que la «hacía la vida imposible».
En los cursos de la universidad y las escuelas secundarias, el tema de los «MST» ha alimentado durante décadas el «kongossa» (el «rumor» gabonés), sin escándalo público. El problema es conocido y ya ha sido objeto de artículos en la prensa que denuncia a estos maestros y profesores como «depredadores» sexuales de las alumnas.
Ahora los hombres también quieren tomar la palabra.
«Si una alumna tiene un novio estudiante, este novio sufrirá la ira del maestro o del profesor y recibirá ceros en sus exámenes para obligar a la chica ceder», cuenta a la agencia AFP Franck Matoundou, líder estudiantil de la universidad Omar Bongo, quien dice haber llevado el problema de los «MST» ante las autoridades.
En cuanto a los docentes, hablamos de «rumores», aún cuando «el fenómeno existe de verdad», reconoce Valery Mimba, jefe del departamento de estudios ibéricos.
«Cuando la nota de algunas estudiantes sube, directamente pensamos que se ha acostado con el maestro», se lamenta.
Pero los maestros y profesores acusan a los estudiantes utilizar diferentes medios de presión para chantajear por las notas.
«Me propusieron relaciones sexuales para 'subir la nota a una alumna'», se queja un jefe de departamento bajo anonimato. Otro maestro dijo haber rechazado 150,000 FCFA (alrededor de 230 euros) de una estudiante que quería superar un Master.
Para la administración, es difícil demostrar la existencia de acoso sexual por parte de los docentes: los estudiantes tendrían que exponer sus quejas a los jefes de los departamentos, dicen.
«Si hay evidencias indiscutibles de un maestro o profesor culpables, esta persona tendrá que responder por sus actos», insiste un representante del Ministerio de Educación Superior.
«Si dicho fenómeno existe, es inadmisible y el gobierno condena tales actos», agrega la misma fuente.