Estoy pasando mucho miedo en las últimas setenta y dos horas porque no respondes a mis mensajes.
Te he llamado treinta y siete veces, tampoco me coges el teléfono.
De arriba abajo he revuelto Facebook por si te vería conectada; le he dado mil vueltas a Twitter; he sacudido todo Instagram, he atravesado LinkedIn de punta a punta, sin rastro de ti.

Cariño, tengo el rostro bañado en lágrimas; el cauce del Nilo ha crecido con mis lágrimas y el Kilimanjaro, unas pulgadas más por el peso que he perdido, pues llevo sin comer desde hace tres días.
No quiero ver a nadie, no quiero ver la calle ni hablar con la gente. Es tanto el dolor en mi corazón que me siento arder por dentro.
Cariño, llevo tres días sin tus besos. Tu mirada es mi cobijo, ¿cómo sabré sobrevivir sin ella y sin tus caricias?
Se me cae el mundo encima,
el corazón se me seca,
de tanto llorar estoy hipando;
esperanzas por mi rescate,
alma vendida al amor
corazón de mujer deseada,
de las tinieblas solo tú,
solo tú me salvarías.
¿Tanto duele querer tanto?
Si por mí ha sido,
quiero saberlo;
si algo malo te pasó,
a los dioses pido mi amor me devuelvan,
sana y salva;
porque la quiero,
siempre la querré,
hasta el final de los tiempos.
Para siempre,
por siempre, tuyo,
yo.
Bk.