La entregué mi alma cuando me entregó su corazón, la chica de Bata; fue entonces cuando me hundí en su boca y nos ahogamos en los jugos del deseo.
- Cariño, ¿me dejas ahogarme en ti? -la pregunté-.
- Mi niño, hasta el final de los tiempos -me respondió-.
Y viajamos cogidos de la mano, mi paso junto a su paso; pierna y pierna solapadas.
![]() |
Tronó el arpa de los dioses ejecutando la armonía interplanetaria, el Nilo se hundió en el Mediterráneo al tiempo que la emoción por estar juntos hacía brotar nuestras lágrimas, y yo la deseé todavía más.
Me bebí sus lágrimas mientras la besaba todo el rostro con frenesí, como si estuviera ante mi última voluntad.
Bk
El Muni