Una niña rescatada en el Tayrona sobrevivió comiendo queso y agua.
La policía dice que fue un secuestro. Hay pistas de la persona que tenía cautiva a Jéssica en una choza.
Jéssica Patricia Arias, la menor de 8 años que movilizó a los organismos de seguridad y socorro tras su desaparición en el Parque Tayrona, solo estuvo perdida 6 horas en medio de la tupida vegetación.
El resto del tiempo (18 días) permaneció encerrada en una casa de tablas, vigilada por un adulto y comiendo queso y bebiendo agua.
Así se lo comunicó la niña a la Policía, luego de haber sido estabilizada en el Hospital Universitario Fernando Troconis, a donde ingresó el lunes después de su rescate en el sector de Calabazo.
La pequeña está siendo hidratada y examinada por los médicos ante un cuadro de desnutrición severo e igualmente curada de laceraciones y magulladuras en el cuerpo que, al parecer podrían ser producto de su trasegar durante los seis días que estuvo caminando sin rumbo fijo por el monte.
A nivel psicológico está siendo atendida por profesionales de la Comisaría de Familia y el ICBF.
Con el paso de las horas, los interrogantes sobre qué ha ocurrido, en estas casi tres semanas, con la niña se amontonan. La Policía ha confirmado este martes que Jessica Patricia Arias fue raptada, aunque aún no se han aclarado los motivos.
La coronela Sandra Vallejos, comandante de la policía metropolitana de Santa Marta, aclaró que “no fue una desaparición y que presumiblemente se trató de un secuestro”.
Indicó que así lo demuestran las evidencias, pues la persona que tenía a la niña en su poder tuvo tiempo suficiente para avisar a las autoridades. En el área todos conocían que Jéssica Patricia estaba perdida en el bosque.
“Distribuimos panfletos, hablamos con la comunidad y los medios de comunicación fueron persistentes en la información, luego no entendemos por qué no la entregó”, anotó Sandra Vallejos.
Otro hecho que obliga a creer que fue un plagio es que el presunto secuestrador la dejaba encerrada en la choza, con la puerta sellada con un candado. “Ello es muestra de la malsana intención que él tenía”, agregó la oficial.
En Guachaca y sus alrededores se sabía también que estaban ofreciendo 50 millones de pesos por quien avisara sobre la ubicación de Jéssica.
La niña rescatada en el Tayrona sobrevivió comiendo queso y agua
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Jessica Patricia Arias, la niña que se encontraba desaparecida desde el 25 de junio.
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Jéssica Patricia Arias, la menor de 8 años que movilizó a los organismos de seguridad y socorro tras su desaparición en el Parque Tayrona, solo estuvo perdida 6 horas en medio de la tupida vegetación.
El resto del tiempo (18 días) permaneció encerrada en una casa de tablas, vigilada por un adulto y comiendo queso y bebiendo agua.
Así se lo comunicó la niña a la Policía, luego de haber sido estabilizada en el Hospital Universitario Fernando Troconis, donde ingresó el lunes después de su rescate en el sector de Calabazo.
La pequeña está siendo hidratada y valorada por los médicos ante un cuadro de desnutrición severo e igualmente curada de laceraciones y magulladuras en el cuerpo que, al parecer podrían ser producto de su trasegar durante los seis días que estuvo caminando sin rumbo fijo por el monte.
A nivel psicológico está siendo atendida por profesionales de la Comisaría de Familia y el ICBF.
SECUESTRO
Casa donde estuvo la niña presuntamente secuestrada por un adulto.
La coronela Sandra Vallejos, comandante de la policía metropolitana de Santa Marta, aclaró que “no fue una desaparición y que presumiblemente se trató de un secuestro”.
Indicó que así lo demuestran las evidencias, pues la persona que tenía a la niña en su poder tuvo tiempo suficiente para avisar a las autoridades. En el área todos conocían que Jéssica Patricia estaba perdida en el bosque.
“Distribuimos panfletos, hablamos con la comunidad y los medios de comunicación fueron persistentes en la información, luego no entendemos por qué no la entregó”, anotó Sandra Vallejos.
Otro hecho que obliga a creer que fue un plagio es que el presunto secuestrador la dejaba encerrada en la casa de tablas, con la puerta sellada con un candado. “Ello demuestra la malsana intención que él tenía”, agregó la oficial.
En Guachaca y sus alrededores se sabía también que estaban ofreciendo 50 millones de pesos por quien avisara sobre la ubicación de Jéssica.
ESTABA DÉBIL
Jesús Angarita, el subintendente de la policía que rescató a la niña, dijo que al momento de tomar en brazos a la menor la notó muy débil y no emitía palabra alguna. “Estaba delicada y apenas tomaba el suero que se le proporcionó”, comentó.
Indicó que fue un tío de la niña con quien llegaron al lugar, pues la misma persona que llamó a la estación de Policía de Calabazos para avisar dónde estaba la niña también contactó con su familia.
“Llegamos a una casa de tablas, cuya puerta estaba cerrada con candado. El tío de Jéssica desprendió una de las tablas y por allí se metió en la choza”, relató el suboficial.
Imágenes de Calabazo, Colombia.- El Muni.