En su libro "Los niños que han vivido antes: La Reencarnación hoy", el terapeuta alemán Trutz Hardo repasa casos de niños fuera de lo común en todo el mundo, niños que dicen haber vivido una vida antes de nacer, y que recuerdan detalles de esta vida pasada. Uno de entre ellos, en los Altos del Golán (una región de la frontera entre Siria e Israel), ¡tiene una historia que le pondrá la piel de gallina!
De apenas 3 años y que pertenece al grupo étnico de los drusos (una población en la que la reencarnación es una de sus principales creencias), el niño dijo a sus mayores que él recordaba y sabía lo que había sucedido y cómo había sucedido en su vida anterior: que él fue asesinado.
El niño, cuya historia fue documentada por el Dr. Eli Lasch, luego mostró a Hardo unas marcas de nacimiento de color rojo en la cabeza, marcas con las que nació. «En la cultura drusa, las marcas de nacimiento se consideran señales de lesiones mortales». Y los niños que nacen con esas señales son seguidos muy de cerca, observados atentamente para ver si se acuerdan de sus vidas anteriores, explica el terapeuta alemán.
«Cuando nace un niño, su cuerpo es inspeccionado para ver si tiene alguna marca, teniendo en cuenta lo que significan para ellos dichas marcas de nacimiento, es un proceso obligatorio», escribe Hardo. Y añade: «si una marca de nacimiento se encuentra en un niño, entonces la comunidad tratará, una vez que sea capaz de hablar, de averiguar lo que ha podido vivir antes de su nacimiento».
Así que cuando el famoso niño tuvo 3 años y podía hablar, muchos se precipitaron a hacerle preguntas, y él dijo que ¡había sido asesinado por un hachazo en la cabeza!
Así que los mayores hicieron un recorrido con él por el pueblo, para ver si podía recordar dónde vivió hasta que un lugar le resultó familiar. Como una locura aun peor, el muchacho dijo que recordaba el nombre y apellidos de su asesino, ¡de manera muy clara!
En su libro, Hardo escribió que el niño finalmente se enfrentó al hombre que nunca había conocido desde su nacimiento y que ya conocía su identidad. Lo acusó de ser su asesino.
De pronto, el muchacho se acercó al individuo en cuestión y le dijo, «usted es .... ¿(Eli Lasch no recuerda el nombre)?».
El hombre respondió que se trataba efectivamente de él. Entonces el niño dijo: «Yo era su vecino, luchamos y usted me mató con un hacha». Y en vez de reírse de algo que podría parecer demasiado grande para ser verdad, el acusado se convirtió en objetivo incómodo ... En ese momento preciso el niño de 3 años hizo la siguiente declaración: «Incluso puedo decir ¿dónde enterró usted mi cuerpo».
Y para sorpresa de todos, el niño cumplió su palabra ... Llevó a sus mayores a un montón de piedras fuera de la aldea, bajo dicho montón de piedras, como cabía esperar, efectivamente había un cuerpo. Con estupefacción, los descubrimientos no se detuvieron ahí; el cráneo del esqueleto enterrado revelaba una enorme cicatriz en el mismo lugar que la marca de nacimiento en la cabeza del niño.
Para colmo de males, el que dice vivir su segunda vida, incluso dirigió a la policía al lugar donde el presunto asesino había escondido el arma homicida. Lo que a éste le obligó a confesar su acto criminal ...
Esto es realmente escalofriante ...
Fuente: demotivateur.fr
Traducción/Edición: Bk
El Muni
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