A través de Facebook supe que Romaric no me había dicho la verdad el Sábado 14 de febrero, día de San Valentín. Acabé habituándome a no celebrar ese día, por el simple hecho de que mi tipo es de la vieja usanza. "El amor se demuestra cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo ... ¡Un día no es suficiente!", era su lema favorito.
El sábado, mientras algunas se ponían guapas, yo estaba tranquilamente en mi casa. Mi Romaric, sin embargo, me dio un beso para marcar la fecha, y luego se fue a beber cerveza con sus amigos. Esto es al menos lo que me dijo. Yo ya estaba en la cama cuando regresó.
El domingo, me conecté a leer algunos comentarios en Facebook, y allí, me di cuenta de que una determinada señorita había puesto a mi hombre en una de sus publicaciones añadiendo pequeños corazones. Mi curiosidad me empujó a mirar bien aquellas fotografías.
Me sorprendí mucho al ver a Romaric en compañía de esa chica y con Stann, un amigo que me conoce bien. Ellos estaban en parejas cenando en un restaurante. ¡Waouh! ¿Desde cuándo mi tipo es romántico? Peor aún, me hizo creer que estaba con Stann, no lejos de la casa. La verdad, fue como caerme de las nubes. Romaric se estaba enrollando con otra, el día mismo de San Valentín y yo sola en casa.
Como prueba, descargué las fotos en mi portátil. Tenía tanta rabia que lancé este comentario: "Y tú estás orgulla de festejar con el marido de tu amiga ...". Estaba esperando que la señorita me respondiera. Como se suele decir, yo estaba lista para todo. Descargué mi ira sobre Romaric que estaba durmiendo. Le desperté de su sueño.
Todos entraron en pánico, él no sabía qué decir. Estaba ante los hechos. ¿Qué podría decir de todos modos? Cinco minutos más tarde, entró en la ducha y después salió de inmediato. En los minutos que siguieron, me percaté de que la señorita había borrado todas las fotos que ella misma había colgado. Realmente no supe lo que él la diría, pero fue muy rápido. Entonces traté de llamar a Stann, pero no se atrevió a descolgar el teléfono.
Romaric ya le había prevenido. Estaba yo tan cabreada que me daba vueltas sobre mí misma. En mi cabeza, yo estaba tratando de encontrar una manera de devolverle el golpe a Romaric. Una hora, dos horas, tres horas, sin Romaric. Salido de la casa a las 10 horas de la mañana, no fue hasta las 15 horas de la tarde cuando se presentó con un ramo de flores a pedirme perdón.
Yo había apretado mis uñas para abofetearlo; pero, en eso me desarmó . Me sentía realmente "rota". Pudimos hablar en voz baja con calma. Me hizo la promesa de no volver a hacerlo nunca más y de celebrar en adelante el Día de San Valentín conmigo.
"¡Okay! Pero, te perdonaré el 14 de febrero del año siguiente, así que ...", le respondí.
Fuente: Estelle / Go Magazine
Traducción/Edición: Bk
El Muni