No entiendo por qué el editor ve una extravagancia en esta unión si los chicos se quieren, se han encontrado, se aman y se van a casar. |
Las extravagancias brasileñas ya nos van siendo familiares, dice el articulista. La última en estos días es este matrimonio poco común entre un hombre poco más de 1,60m y esta mujer de una estatura de... 2,03m.
40 centímetros les separan. Aun con eso, Elisany da Cruz Silva y su novio Francinaldo nadan en la felidad desde hace tres años. Hasta han dado el gran salto, hace de eso un año, cuando decidieron mudarse juntos a una casita en la ciudad de Salinópolis, en Brasil.
¿Un matrimonio improbable? Fue el 29 de marzo último cuando Francinaldo osó pedir la mano de Elisany. Ésta última, evidentemente aceptó dicha petición de matrimonio.
Ella recuerda: «En muchas ocasiones le dije que no me pidiera el matrimonio porque la respuesta sería el no. Pero, cuando le vi arrodillado ante mí, yo estaba realmente nerviosa» Francinaldo ha debido luchar con uñas y dientes antes de poner finalmente el anillo en el dedo de la gigante novieta.
En efecto, los dos tortolitos no se apreciaban ni en lo mínimo desde el principio. Elisany cuenta: «yo quería pegarle cada vez que se ponía delante mía». Solo los celos de la joven tenían razón de ser en esa relación incipiente para el deleite de Francinaldo: «Yo siempre quise salir con alguien más grande o más alta como ella, y apaereció rellenando magníficamente ese vacío que tenía».
No deja el muchacho de recordar orgullo sus episodios del pasado cuando se pasea ahora con su futura esposa. Una madre escéptica, la de la chica, pero un niño convencido. El matrimonio de la joven Elisany no es para nada del gusto de todos y, desde luego, no es del gusto de su madre.
Dice la madre: "no sabía de qué iba esa propuesta de matrimonio, no sé cómo se ha podido hacer. Fue una sorpresa, nadie lo esperaba. Me temo que es demasiado joven para tal compromiso. "De hecho, mientras Francinaldo tiene 23 años de edad, la niña aún no ha cumplido los 18.
Pero, su corta edad no le impide hacer planes de futuro de ahora en adelante. La pareja piensa y reflexiona sobre los preparativos de su boda y piensan fundar una familia a pasar de la enfermadad que sufre Elisany, el gigantismo.
Ese problema podría impedir que pudiera concebir. Decidida, Elisany cuenta, sin embargo, con la posibilidad de adoptar niños si eso fuera preciso.