Fue cometido hace ocho años por un profesor a un alumno de 12 años en una escuela vizcaína del Opus Dei.
Bilbao.
El Papa Francisco ha pedido que se instruya juicio canónico contra un profesor y un colegio vizcaíno del Opus Dei por un presunto abuso sexual a un alumno de 12 años, cometido hace ocho años.
El director del colegio vizcaíno Gaztelueta, Imanol Goyarrola, ha asegurado que "todo lo que venga del Santo Padre será muy bien atendido". Los padres de la víctima escribieron al Pontífice y le relataron los abusos sexuales que había sufrido el menor en ese colegio.
Tras recibir la misiva, el Papa les transmitió su apoyo en una carta fechada en diciembre de 2014 en la Ciudad del Vaticano, donde reconoce que "es muy dura la cruz" que deben llevar por esos hechos, y pide "al Señor" que les ayude "a llevarla".
"Además, hoy mismo envío la documentación a la Congregación para la Doctrina de la Fe para que instruyan el juicio canónico al educador y al colegio pero sin molestar al chico", explica Francisco.
La tarjeta del Papa termina deseando a la familia "un santo y esperanzador 2015".
El caso se hizo público en enero de 2013, cuando el padre de la víctima explicó en varios medios los abusos que había sufrido el menor y la falta de respuesta oportuna por parte del colegio, donde "lo negaron todo, porque quieren tapar la mala imagen del centro", reprochó entonces el padre.
Contó que su hijo se encontraba en tratamiento psiquiátrico, y que no podía hacer vida normal debido a las consecuencias derivadas de los abusos que había sufrido.
Según relató, los presuntos abusos sexuales por parte del profesor se cometieron en los cursos 2008-09 y 2009-10, cuando su hijo cursaba primero y segundo de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y tenía 12 años.
Sin embargo, la familia no percibió que algo ocurría hasta la primavera de 2011, cuando el menor se negó a ir al colegio, por lo que comenzaron sus indagaciones.
Además, el profesor, a su vez, promovió, supuestamente, que el resto de compañeros acosaran y se rieran de la víctima con el objetivo de que le aislaran del grupo, "lo que consiguió", según precisó el padre.
La familia había decidido no denunciar los hechos ya que el estado anímico del menor le iba a impedir afrontar un proceso legal.
"Los médicos dicen que un proceso así le provocaría un retroceso en su estado, pero cuando mi hijo esté preparado, lo denunciaremos, sin duda", comentó en 2013.
La Fiscalía Superior del País Vasco inició diligencias de investigación sobre este caso tras escuchar las declaraciones del padre, si bien éstas se archivaron.
Según se argumentó entonces, los hechos tenían visos de realidad pero se procedió al archivo ante la imposibilidad de profundizar en la investigación.
El colegio se compromete a colaborar.
El director del centro, Imanol Goyarrola, añade que "si alguno de los hechos descritos" se demostrara cierto, "merecería una condena total" por su parte y asegura que, junto a la familia, es el primer interesado en que se esclarezca toda la verdad.
Goyarrola afirma que "en todo este tiempo, ha sido muy doloroso comprobar el sufrimiento del antiguo alumno y de su familia".