Una palabra tuya,
una sola cariñosa,
y mi pobre mente al instante se repara.
.
Ese día, mi niña,
disgustada ibas,
junto a mí caminando,
como si fuera tu vecino del quinto.
Con esos andares tuyos que mi lujuria encienden.
como si fueras la vecina de enfrete;
y yo, me disolvía en ganas por cogerte de la mano.
¿Podría ser mucho pedir coger de la mano a mi chica?
¿Podría ser mucho pedir besar a mi chica a munudo de cada paso?
Se me escapaba el alma,
verte caminar junto a mí,
queriendo tocarte y no pudiendo.
La desazón me embargó,
por no intentarlo me culpé,
a pesar de tu mirada huidiza.
Dentro de ti me fija el beso;
a cada beso te hago mía.
Tanto necesito de tus besos,
que no te siento mía si no te beso.
Tu mano en la mía,
sentimientos solapados,
la raíz en la tierra fija,
la savia traspasada y compartida,
saliva fecunda.
Tu beso eres tú,
y yo te necesito, mi niña,
a menuda de cada paso.
Bk.